Buscar

¡Aguas con albercas!

Los chapuzones en piscinas, parques acuáticos, playas artificiales y fuentes interactivas pueden ser un foco de contagio si no cumplen con las medidas

Escrito en León el

La natación es un ejercicio completo que no tiene impacto en las articulaciones y que se puede practicar desde muy temprana edad, sin embargo, los chapuzones en piscinas, parques acuáticos, playas artificiales y fuentes interactivas pueden ser un foco de contagio si no cumplen con las medidas de sanidad adecuadas.
La Asociación de Profesionales de la Piscina (APP) alerta sobre el contagio de "enfermedades de aguas recreativas" que se propagan ingiriendo, respirando o por contacto con agua contaminada en instalaciones acuáticas.
Cuando las personas presentan infecciones gastrointestinales, apunta la APP, pueden fácilmente contaminar el agua de las instalaciones acuáticas con organismos microscópicos como bacterias, virus y protozoarios que pueden causar una amplia variedad de malestares gastrointestinales, cutáneos, auditivos, respiratorios, oculares, neurológicos e infecciones en heridas.
El hecho de que una piscina sea segura, radica en que cumpla con las concentraciones adecuadas de cloro (entre 1 y 3 partes por millón) y el PH adecuado (entre 7.4 y 7.6) lo que permite que el cloro tenga una condición activa y se pueda garantizar la inocuidad del agua.
Las instalaciones acuáticas deben contar con bitácoras de registro que los usuarios pueden revisar para asegurarse de que los niveles de cloro y el PH de las albercas son los adecuados, agrega la APP.
Hay algunas medidas que puedes tomar para contribuir a evitar los contagios y garantizar tu salud y la de quienes usan las instalaciones acuáticas:
-Tanto niños como adultos deben ducharse antes de entrar a nadar.
-Todos deben respetar las reglas de uso de las instalaciones acuáticas.
-Los bebés deben usar pañales desechables de natación ajustados al cuerpo y las mamás deben cerciorarse de que el pañal no esté sucio antes de meterlos a la piscina (el cambio de pañal debe realizarse en los sanitarios y nunca al lado de la piscina).
-Lavarse las manos con agua y jabón después de usar el baño o cambiar pañales.
-Verificar que el operario de la piscina tenga un plan de respuesta a contaminantes.
-Revisar que los registros en la bitácora de la instalación acuática estén dentro de los parámetros recomendados para concentración de cloro y PH.
Ricardo Silva Salazar, químico bacteriológico, refirió en conferencia de prensa con la APP que hay dos señales que pueden ayudar a determinar si una alberca cuenta con las condiciones de sanidad adecuadas.
"Mientras más cristalina mejor y mientras menos huela a cloro también", puntualizó.

Escrito en León el

AManece León

Mantente al día con las últimas noticias de León, suscríbete gratis con tu correo

Amanece Le�n